viernes, 18 de marzo de 2011

Arroz verde

Arroz verde...

... con historia. Y es que la elaboración de este plato lleva... ¡una semana! Claro que no una semana en la que se está trabajando toooda una semana en el plato... sino una semana porque preparé la primera parte un día y... se me olvidó terminar el arroz hasta que me acordé una semana después. Un buen frigorífico me ayudó a que no se hubiera desperdiciado el primer paso de este arroz. Yo le llamo verde no porque salga verde, sino porque lo hago con verduras verdes. Suelo clasificar así las cosas: crema roja, por ejemplo, y la hago con vegetales de ese color. Cremas amarillas, cremas verdes... así, por colores, sin mezclar vegetales, como amante de la estética y la policromía... aunque no siempre hago esto, porque muchas veces me gusta mezclar todo lo que me voy encontrando. Ni qué decir tiene que la cebolla, aunque sea blanca, no la uso sólo para la crema blanca, sino para todas. ¡Bueno! Sin más os dejo con la receta de mi almuerzo de hoy, como siempre, para una persona:


Primer paso: tenemos que hacer un caldo simple con verduras. Para ello, usaremos:

- Una alcachofa (o alcaucil).
- Medio puerro.
- Media cebolla.
- Medio nabo.
- Una penca de apio pequeña.
- Agua.

Cómo lo hice: vamos a poner los ingredientes en la olla rápida, y echamos agua guiándonos por la alcachofa: cuando esté hasta la mitad, ya no ponemos más agua. Cerramos cuando hierva y la ponemos en el 2. La dejamos cinco minutos desde que empieza el ruido, apagamos la vitro y la dejamos con el calor hasta que deje de salir el vapor. Cuando termine, abrimos la olla: separamos las verduras del caldo y las troceamos. (Yo guardé la olla porque el arroz era para el día siguiente, aunque se me extendió la olla guardada en el frigorífico con las verduras y el caldo, ya os digo... una semana).

El siguiente paso es preparar el arroz. Para ello, usé:

- 50 gramos de arroz integral.
- Sal.
- Albahaca fresca.

Cómo lo hice: de una forma muy fácil. Cogemos una sartén, no una olla. Tiene que ser algo más ancho que alto, al menos, eso siempre uso yo para el arroz. Creo que queda mejor, extendido por igual, y no apelotonado en una olla (a no ser que sea una olla de un gran diámetro). Ponemos el fuego alto y colocamos la sartén, sin nada de condimentos. Añadimos el arroz y lo dejamos medio minuto en ese calor. Empezará a humear un poco. Cuando pase ese ratito, le echamos el caldo de la cocción de los vegetales anteriores. Si vemos que es poco, añadimos agua. Si vemos que va a ser mucho, no le ponemos el caldo entero. Yo no tuve que añadir, pero es porque cuando cocí los vegetales eché la cantidad justa de agua (me salió por casualidad). Lo único que hay que hacer es ver el arroz: ver su volumen y ver que lo que yo le pongo al arroz integral es más o menos dos partes de agua por una de arroz, porque es un arroz muy duro y entero (integral, vaya) y ncesita más tiempo de cocción. Yo, poniendo eso, siempre me queda bien. "Bien" para mí es seco, no caldoso. Pero es cuestión de gustos.
Una vez echado el caldo resultante de la cocción, lo dejamos hirviendo a fuego alto y tapado, unos diez minutos. Echamos de vez en cuando un ojo, para que no se nos pegue, por si tenemos que echar más agua. Mientras, sacamos las verduras a un plato y lo troceamos con un cuchillo, al tamaño que nos guste. Cuando pasen los diez, quince minutos, apagamos el fuego, disponemos los vegetales cortados encima y ponemos un poco de albahaca fresca. Tapamos en seguida y lo dejamos asi reposando. Recomiendo hacerlo por la mañana temprano, para que a la hora de comer esté perfectamente reposado y que baste con sólo calentarlo un poco antes de servir. A mí es que el arroz me gusta así, más asentado, que recién hecho. Pero eso, cuestión de gustos. Justo antes de servir, eso sí, añadimos un poco de sal.


¿Fácil o no?


En cuanto al valor nutricional del plato, tenemos una receta súper sana y llena de nutrientes y energía. El arroz integral nos va a aportar carbohidratos complejos, de los que molan, aparte de toda la fibra que prácticamente eliminaríamos con el arroz blanco. Para la cantidad que hemos puesto (50 gramos), nos dan unas 150 calorías. Las verduras nos aportan también hidratos, pero sobre todo, vitaminas y antioxidantes, además de las propiedades diuréticas que la mayoría (cebolla, apio, alcachofa) presentan. Es un regalo para nuestro aparato digestivo, desde luego.
El aporte de proteínas es muy deficiario, por lo que debemos acompañar este plato de un primero, por ejemplo, que sea una ensalada de atún o de cualquier proteína, con palitos de cangrejo (surimi) o un filete de pollo o de cualquier otra carne. O acompañarlo con un huevo, cocido, frito, pasado por agua... en tortilla francesa... como más nos guste. O comer un poco de queso o de jamón. Pero proteína hay que poner, para que esté equilibrado.
De grasa mala no tenemos nada de nada, y de buena, la que presenta (mínimamente) el arroz, así que perfecto, ¿no?

En resumen, estamos ante un almuerzo sano, diferente y riquísimo. Que permite, además, tenerlo preparado de antemano (ya las verduras cocidas) e incluso sustituir el arroz por cualquier otro cereal o con pasta. ¡Todo es probar e improvisar! Un día, lo haré pero con vegetales rojos o amarillos... a ver qué me sale.

Por cierto, ¡catástrofe! Durante tres días estaré fuera de casa, en los que no podré postear. Pero el lunes vendré con el almuerzo del lunes y de estos tres días. Cuatro recetas en un día... ¡para elegir!

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